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lunes, 29 de agosto de 2011

POLI BUENO, POLI MALO, POLI LOCO



POLI BUENO

A punto de dormirme. Un ruido en el pasillo, de esos que no son de casa. Me levanté sin encender la luz, y distinguí la figura de un extraño a punto de entrar en la habitación de mi hijo.

Dicen que cuando se tiene miedo, miedo de verdad, tantos corren hacia adelante como tantos hacia atrás. Yo elegí adelante (si es que en una situación así puede uno elegir)

De repente, algo muy primario tomó el mando, esta gran cabeza se llenó de sangre y pánico, el pasillo se transformó en la curva de la estafeta, y quien escribe, en un morlaco de quinientos kilos embistiendo ciego de furia.

Saqué a aquél desgraciado incauto de mi casa sin pensar, sin dejar de golpearle, sin tener en cuenta que podía haber otros con él, y los había.

Mientras le retenía por la fuerza, él no dejaba de llamar a los compinches que le esperaban en el siguiente rellano, pero aquellos afortunadamente, prefirieron buscar una salida subiendo y no bajando. La policía tardó unos tres minutos escasos en llegar, en cuestión de segundos lo esposaron y se lanzaron en busca de los demás.

Yo, que aún tenía en los ojos la imagen de aquél tipo entrando en la habitación de mi hijo, me adelanté a los agentes y ya comenzaba a subir escalones de cuatro en cuatro en pos de aquellos que habían asaltado mi casa, cuando una mano me agarró del pijama para frenarme en seco.

Era de un policía muy joven, alto, un tanto desgarbado, apenas un crío. Él y sus compañeros me sujetaron contra la pared hasta que quedé convencido de que lo mejor era que se encargaran ellos. Ninguno estábamos seguros de lo que nos encontraríamos en el siguiente descansillo de aquella escalera casi a oscuras. Era muy probable que fueran armados, más tarde supimos que en efecto lo iban.

Atraparon a todos, se interesaron por mí y por el estado de mi familia. Cuando se marcharon yo ya no veía policías, veía personas que se arriesgaban por otras personas, por mí... así de simple... y así de complicado.

Algunos dirán que no es para tanto, que al fin y al cabo hacían su trabajo. Pero, ¿Quién se juega la vida por un sueldo de poco más de mil euros? Podrían haberse desentendido, buscar su propia seguridad y dejar que aquellos hombres escaparan por las azoteas, pero no lo hicieron. Arriesgaron todo por un desconocido y su familia en una situación límite que podría haber acabado muy mal. Hicieron lo correcto sin pensar en las consecuencias, sin emplear más fuerza de la debida, y sin dejar de repetirme que había cometido una grave imprudencia al abalanzarme sobre alguien que podía haber ido armado.

Nunca olvidaré la expresión decidida de aquél crío de uniforme, en ella descubrí la quinta esencia de la valentía, del sentimiento del deber, de la entrega absoluta a una profesión que consiste básicamente en ayudar a los demás.

Recuerdo todo aquello mientras hoy contemplo las imágenes de algunos policías de la UIP (Unidad de Intervención Policial) que golpean salvajemente a personas indefensas e inocentes.

Nadie podrá nunca convencerme de que estos y aquellos pertenecen a un mismo bando.


POLI MALO

¿Qué tipo de persona acepta de buen grado un trabajo que fundamentalmente consiste en golpear a otros seres humanos? ¿Qué criterio y proceso se sigue para seleccionar a los individuos más adecuados para realizar dicho trabajo?

Lo deseable sería que la elección de estos profesionales se realizara por un equipo de psicólogos, expertos en comportamientos de masas, técnicos de protección civil, hombres o mujeres ajenos "al fragor de la batalla" que evalúen las capacidades y las aptitudes de los aspirantes a este tipo de cuerpos de seguridad, pues su misión fundamental consistirá en proteger y ayudar a ciudadanos o bienes que se hallen en situación de peligro, anteponiendo siempre la seguridad de todas las personas que les rodean.

Un policía no debería comportarse como un psicópata fuera de control, debería ser un profesional con vocación y voluntad de ayudar a sus conciudadanos, de salvar vidas y proteger a los más débiles.

Pero la realidad es otra bien distinta.

Son los miembros más veteranos del grupo los que se encargan de dar por superadas o no las pruebas psicotecnias a que se someten los aspirantes, miembros bragados en mil reyertas que buscan a otros como ellos para continuar la funesta tradición.
Pertenecer al Cuerpo de Policía Nacional durante dos años, poseer el carnet de conducir C, saber el nombre completo de la Delegada del Gobierno y trepar por una cuerda en tantos segundos. Con eso basta para que un enfermo mental pueda desenfundar la porra y apalear a todo el que se le ponga por delante... y se le pague por ello.

La verificación de los rasgos de personalidad, se realiza mediante un test psicotécnico
propuesto por el Servicio de Planificación Psicopedagógico dependiente de la División
de Formación y Perfeccionamiento, el cual será complementado en caso de resultado
negativo, con una entrevista personal, llevada a cabo por miembros cualificados del
mencionado Servicio y de la Jefatura de Unidades de Intervención Policial. Su
valoración será de APTO o NO APTO”

“Esta evaluación, cuyo resultado será de positivo o negativo, es llevada a cabo y
supervisada por los Superiores jerárquicos del funcionario en cada Unidad”
http://www.oposicionesyempleo.com/temarios/intervencionpolicial.pdf

A modo de curiosidad y como muestra del espíritu del temario que rige la citada evaluación, un simple comentario acerca del material que emplea un miembro de la UIP..

“Guantes policiales de piel, recubiertos
interiormente por otro guante, que los
hace resistentes contra el corte de
cuchillos, navajas, etc. Cara exterior de
Nomex/Kevlar
Ofrecen protección contra golpes en
nudillos y muñecas...”

¡Protección contra golpes en nudillos y muñecas! Nada más lógico ante la insistencia de los manifestantes en lanzarles cabezazos a sus indefensos puños.



POLI LOCO

Ahora me callo... os dejo con las actitudes... con las declaraciones públicas de esa parte de los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado que insiste en calificarse a si misma como policía. Que cada cuál saque sus propias conclusiones.

“Policías españoles acuden a la UE porque ya están "hartos" de la situación tras el 15-M.” (http://www.20minutos.es/noticia/1145999/0/policias/denuncia-europa/15-m/)

“El secretario general del Sindicato Unificado de Policías (SUP), Felipe Brihuega, ha manifestado que considera que el Ministerio del Interior "ha cedido ante la presión mediática" y ha añadido que también hubo gente que se "extralimitó" con los agentes.”




“El Ministerio del Interior ha cedido ante la presión mediática En su opinión, "no es justificable pero sí es entendible" que en un momento dado haya habido agentes que se hayan podido "extralimitar" como consecuencia de haber "estado sometidos a insultos, vejaciones, escupitajos, etc". (http://www.20minutos.es/noticia/1141041/0/expediente/cargas-policiales/manifestacion-laica/)





“La Unión Federal de Policía (UFP), integrante de la Unión de la Policía (UPOL), va a presentar este jueves en el Comité Ejecutivo de Eurocop en Bruselas una resolución denunciando lo que están padeciendo los agentes desde el 15-M "por la inacción del Gobierno y de responsables policiales y la diferenciación de trato con respecto a otras manifestaciones"






"Se han mofado en nuestras caras, reído de nosotros, tomado el pelo y hemos aguantando las órdenes de ser tolerantes y pasivos con los violentos. Eso sí, sin dejarnos hacer lo más simple para nosotros que es aplicar la Ley...”

Son declaraciones que no precisan demasiados comentarios después de las imágenes que llenan la red. Si acaso un corto mensaje para aquél crío desgarbado que se jugó la vida por mí aquella noche:

Líbrate de semejantes compañeros, di a todos los que son como tú que ya es tiempo de sacar a la verdadera policía de la gruta donde unos pocos se empeñan en mantenerla encerrada. Di a gritos que ya estás harto de no poder decir a las claras en que trabajas al tomar unas cañas con unos amigos, en la cola del pan, o mientras alguien te pregunta cuando esperas a que salga tu hijo del colegio.

Reniega de esos paramilitares que embozados y sin placa de identificación cubren de golpes a personas indefensas e inofensivas, denuncia a los que vestidos de paisano, incitan a los manifestantes y así justificar una carga policial que no encuentra motivos para desenfundar las porras.

Pero sobre todo piensa en ti, en tus menguados derechos laborales, en tu abusiva hipoteca, en el derecho a una educación gratuita y de calidad que niegan a tus hijos, en la demolición de la sanidad que pagas con tus impuestos, en la jubilación paupérrima que te espera... piensa en todo eso y exige como cualquier otro trabajador lo que es tuyo por derecho.

Y en cuanto a los sindicatos que dicen representarte... mándalos exactamente al mismo carajal a donde yo mandé a los míos. Seguro que allí serán felices, pues están hechos los unos unos para los otros.

Defiende tu profesión de todos ellos, de los que manchan la imagen de los demás... de los que probablemente un día, te aporrearán en mitad de la calle por el simple hecho de pedir lo que es tuyo.

Al final me pregunto... ¿Qué puede tener en la cabeza aquél que aplica la máxima violencia sobre los que piden por los derechos de sus hijos? (De los hijos de todos)