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viernes, 2 de noviembre de 2012

OBEDIENTES



Di "No". 

Fácil... ¿no es cierto? Yo la tengo por la palabra más antigua, la afirmación del rebelde, la pesadilla del tirano, el terror de lo convencional... 

Y teniendo semejante pozo de virtudes en la punta de la lengua... ¿Qué es entonces lo que nos impide pronunciar un conjuro tan sencillo como ese mucho más a menudo? ¿No lo habéis visto escrito en esas pequeñas pancartas que últimamente llenan las manifestaciones? ¿Como es que algo tan simple se ha convertido de repente en un concepto tan nuevo y revolucionario?

Es por la obediencia... pero no la obediencia basada en el deseo de recibir una recompensa, ni siquiera en el miedo a las posibles represalias de quien nos manda...  que esa al menos, siempre iría atada por el rabo a la rebeldía... sino la obediencia gratuita y sin concesiones, la que nos cambia en cosas, la que proviene del absoluto convencimiento de que de pronto nos hemos convertido en piezas inertes sin la menor responsabilidad sobre nuestros actos. 

Es la más terrible de las obediencias, la del soldado que se olvida de quién es para poder formar parte de un ejército, una gran máquina donde las consideraciones personales no caben porque la ética del grupo ya lo ocupa todo. Un hombre en una guerra no tiene responsabilidad sobre el comportamiento del conjunto... una pieza solo se ha de preocupar de escuchar y cumplir órdenes de sus superiores... y así cerramos el trato... "yo hago lo que me mandas, y tú cargas con la culpa"

Pero hay tantas clases de guerras como mentiras, y tantas formas de matar como canallas...

¿Qué ocupa la mente del amable director de sucursal bancaria que estafa a Don Antonio mientras que le aconseja invertir sus ahorros en humo? ¿En qué piensa un honrado cerrajero cuando se le llama para romper la cerradura de una puerta tras la que llora una familia desahuciada? ¿Qué siente un político honesto al enterarse de que su compañero de partido está implicado en un oscuro e ignorado caso de corrupción? ¿Como acalla la conciencia un ciudadano cuando se queda contemplando desde su casa como un grupo de psicópatas destruyen su vida y las de los suyos?

Se siente incómodo... se siente pieza... se siente irresponsable... y obedece.

Es así como las buenas personas se convierten en parte fundamental de las más terroríficas dictaduras, es así como nacen  sus cómplices, sus torturadores y sus verdugos, es así como se forman los pelotones de ejecución... con una autoridad dando una orden a un hombre tan aterrado que solo puede obedecer (del Latín ob audire = el que escucha)

Sobre la obediencia... eso es lo que trata el documental titulado "El juego de la muerte"... sobre personas normales que cumplen leyes injustas, aceptan lo inaceptable, y apenas pueden ser quien son en realidad porque alguien les ordena convertirse en miserables... ¿a que os suena?



2 comentarios:

  1. Y lo peor es que hay gente que está deseando obedecer.

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    1. Incluso eso tendría una posible solución... sólo habría que convencerles de que puestos a obedecer, obedezcan al que enseña y no al que ordena, que obedezcan a todos los que nunca precisan de leyes ni reglamentos, que sigan a los que ni siquiera alzan la voz para ser escuchados... y tal vez así acierten.

      Abrazo

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